¿Sabes qué? Cuando empecé a cocinar, mi despensa era un completo desastre. Latas por aquí, paquetes por allá, y yo perdiendo la paciencia cada vez que intentaba preparar algo rico. Pero resulta que organizar este espacio cambió por completo mi forma de cocinar.
Y es que tener una despensa ordenada no es solo para que se vea bonita en las fotos. Es la diferencia entre disfrutar cocinando comida sana y deliciosa, o acabar comiendo lo mismo de siempre porque no encuentras nada.
Te voy a contar cómo transformé mi caos en un espacio que me inspira a cocinar mejor cada día. Y lo mejor: no necesitas ser un experto ni gastar una fortuna, hasta un ingrediente básico como las Aceitunas deshuesadas pueden marcar la diferencia.
Beneficios de tener una despensa bien ordenada
Ahorro de tiempo en la cocina
La verdad es que antes perdía un montón de tiempo buscando cosas. Ahora, cuando llego cansada del trabajo, puedo preparar una cena nutritiva en minutos porque todo está donde debe estar.
Ya no más dramas de última hora ni frustraciones innecesarias.
Reducción de desperdicios alimentarios
¿Te ha pasado encontrar algo caducado al fondo de la despensa? A mí me daba una rabia terrible. Ahora veo todo de un vistazo y uso primero lo que está por vencer.
Mi bolsillo lo agradece y me siento mejor sabiendo que no desperdicio comida.
Mayor creatividad en las recetas
Esto fue lo que más me sorprendió. Cuando ves todos tus ingredientes organizados, te vienen ideas a la cabeza. El otro día vi las aceitunas junto a los tomates secos y se me ocurrió hacer una pasta mediterránea buenísima.
Es como tener tu propio mercadito en casa.
Principios básicos para organizar tu despensa
Categorizar los alimentos
Piénsalo como organizar tu ropa. Los pantalones con los pantalones, las camisas con las camisas. Pues aquí igual: las conservas juntas, los granos en su zona, las especias en su rincón.
Te prometo que esto solo hace todo más fácil.
Revisar fechas de caducidad
Sé que da pereza, pero hazme caso. Dedica 10 minutos a revisar fechas antes de guardar todo. Pon delante lo que vence primero.
Es un hábito que al principio cuesta, pero después se vuelve automático.
Almacenar según frecuencia de uso
Lo que uses todos los días va a la altura de tus ojos. Nada de agacharte o subirte a una silla para coger el aceite de oliva. Las aceitunas que tanto te gustan, la sal, el aceite… todo eso va en primera línea.
Los ingredientes para ocasiones especiales pueden ir más arriba o más abajo.
Ingredientes esenciales que no pueden faltar
Aceitunas deshuesadas
Mira, las aceitunas son ese ingrediente mágico que salva cualquier comida. Las sin hueso son súper prácticas porque las puedes picar rápido o echar enteras a lo que sea.
Yo siempre tengo un par de frascos porque van genial con todo.
Aceites y vinagres
Un buen aceite de oliva virgen extra es fundamental para comer sano. También ten a mano uno más suave para cocinar. El vinagre balsámico le da un toque especial a las ensaladas.
Con estos básicos puedes aderezar cualquier verdura y hacerla deliciosa.
Especias y hierbas aromáticas
No necesitas tener 50 especias diferentes. Con orégano, tomillo, romero, pimentón dulce y comino puedes hacer maravillas.
Lo importante es que estén fresquitas y las uses.
Legumbres y granos
Las lentejas, garbanzos, arroz integral y quinoa son la base de muchas comidas saludables. Son baratos, duran mucho y te sacan de cualquier apuro.
Yo los guardo en frascos de cristal para ver cuánto me queda.
Conservas y salsas
Los tomates en lata son un salvavidas. También las aceitunas, alcaparras y alguna salsa de tomate de calidad. Con esto puedes improvisar mil platos diferentes.
Eso sí, lee las etiquetas y elige opciones sin muchos aditivos.
Cómo organizar por categorías
Frutos secos y semillas
Los frutos secos se ponen rancios si no los guardas bien. Yo uso frascos de cristal con tapa hermética y los pongo todos juntos en una balda.
Así puedo ver cuáles tengo y añadirlos a mis ensaladas o yogures.
Harinas y cereales
Estos necesitan estar bien protegidos de la humedad. Los contenedores opacos son ideales, pero no olvides etiquetarlos.
Créeme, todas las harinas se ven igual cuando están en un bote.
Azúcares y endulzantes
Si usas diferentes tipos de endulzantes (azúcar moreno, miel, sirope de agave), mantenlos juntos pero en recipientes separados.
La humedad es su enemigo, así que asegúrate de que estén bien cerrados.
Productos enlatados
Las latas las organizo por tipo: todas las de tomate juntas, las de legumbres en otro lado. Y siempre pongo las más viejas delante.
Es un sistema simple pero funciona de maravilla.
Productos frescos de corta duración
Las patatas, cebollas y ajos van en cestas con buena ventilación. Nada de bolsas de plástico que los hacen sudar.
Si tienes espacio en la despensa, dedícales una zona baja y oscura.
Tips para mantener la despensa siempre ordenada
- Lo primero: etiqueta todo. Parece obvio pero marca la diferencia. Yo uso etiquetas bonitas que me motivan a mantener todo en su sitio.
- Una vez al mes, mientras espero que hierva el agua de la pasta, le doy una pasada rápida con un trapo. Cinco minutos y queda como nueva.
- Tengo una lista pegada en la puerta donde apunto lo que se va acabando. Así no compro de más ni me quedo sin lo esencial.
- Y mi truco favorito: agrupo los ingredientes de mis recetas habituales. Por ejemplo, tengo una cesta con todo lo necesario para hacer mi ensalada favorita.
Errores comunes al organizar la despensa
- El error más grande es apilar sin ton ni son. Yo lo hacía y siempre acababa tirando algo al intentar sacar lo de abajo.
- Otro fallo típico es mezclar cosas secas con húmedas. Una vez guardé galletas junto a un bote de pepinillos mal cerrado. No hace falta que te cuente cómo acabó.
- No etiquetar es otro drama. Todas las harinas parecen iguales hasta que las pruebas.
- Y cuidado con la luz directa sobre ciertos productos. El aceite de oliva, por ejemplo, se estropea con la luz.
Herramientas útiles para la organización
No necesitas gastar mucho. Los frascos de cristal reciclados van genial. Yo uso los de conservas grandes para guardar pasta y legumbres.
Las etiquetas son fundamentales. Puedes usar las de pizarra que se pueden cambiar o simplemente cinta de pintor y un rotulador.
Si tu despensa es alta, hazte con un par de cestas apilables. Y un organizador giratorio para especias es una inversión que vale la pena.
Organizar tu despensa es mucho más que poner las cosas bonitas. Es crear un espacio que te invite a cocinar sano, rico y sin estrés. Con ingredientes bien organizados como las aceitunas, el aceite de oliva y las especias, cualquier día puedes preparar algo delicioso.
Te animo a que empieces poco a poco. No hace falta hacerlo todo de golpe. Este fin de semana dedícale una hora, pon música que te guste y verás qué bien sienta tener este espacio ordenado. Tu salud y tu paladar te lo agradecerán.
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